“El problema más fuerte: no hay recursos para la ciencia”, Alfredo Herrera Estrella

El investigador del Cinvestav lamenta la poca comunicación y entendimiento del gobierno para apoyar proyectos de envergadura. Empezamos mal desde que se referían a los científicos como mafia

Ciencia 03 de enero de 2024 Redacción Redacción

Alfredo Herrera Estrella (Ciudad de México, 1961), el investigador distinguido con el Premio Nacional de Ciencias 2023 “José Mario Molina Pasquel”, en el campo de Ciencias Físico-Matemáticas y Naturales, afirma que el problema más grande en México en materia científica es convencer a quienes toman las decisiones de que los proyectos de desciframiento del genoma de plantas originarias del país son importantes por la diversidad biológica, y que al hacerlo se protege la seguridad alimentaria.

El científico tiene 35 años de trayectoria, desde hace 32 años es parte del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav), primero como miembro de la unidad Irapuato y luego como investigador fundador del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio), hoy Unidad de Genómica Avanzada (UGA), de la cual fue director de 2018 a 2022.

Herrera Estrella encabezó el esfuerzo multinacional para la secuenciación del genoma del frijol, apoyado por 23 países de Iberoamérica, y ejecutado por siete laboratorios en Argentina, Brasil, España y México, y recientemente lideró el trabajo para descifrar los genomas del agave, el limón, la papaya, la vainilla y la zarzamora, considerados cultivos estratégicos.

En entrevista, el investigador señala que los científicos mexicanos enfrentan falta de presupuesto, trabas burocráticas, restricciones para obtener recursos autogenerados, cancelación de apoyos a proyectos de investigación y contratación de nuevos investigadores que optan por irse al extranjero, opacidad en la selección de proyectos. Además de que combatir la ignorancia que prevalece en las actuales autoridades del sector y ser calificados como “la mafia de los científicos”.

¿Cómo ha sido hacer genómica en México?

A finales del siglo pasado hubo una explosión en el mundo sobre el desciframiento de genomas, en particular, del humano, que fue un parteaguas a nivel mundial, a partir de ahí empezamos a ver la posibilidad de secuenciar otros organismos, en otras áreas y con otros propósitos. Algunos investigadores del Cinvestav nos pusimos a plantear un proyecto para descifrar la genómica del maíz. Así emprendimos ese proyecto y comenzamos a delinear el Langebio. El problema más grande es convencer a quienes toman las decisiones de que este tipo de proyectos son importantes y que siguen siendo muy importantes para un país como México, que es muy rico en diversidad biológica. Somos el tercer país con mayor diversidad biológica, eso nos da una posición clave, tenemos muchas cosas que podríamos usar en beneficio de la humanidad a través de la información genómica y también es la manera de proteger la biodiversidad y proteger la seguridad alimentaria.

¿Convencer y tener mejores presupuestos para la investigación científica?

Claro, el problema más fuerte en México es que no hay recursos. Comprar una computadora se vuelve imposible cuando estas grandes cantidades de información requieren de sistemas de cómputo de alto rendimiento. Para comprar un mouse se tiene que pedir permiso a la Federación, si se descompone una computadora, requiere al menos un año entre los permisos y el proceso de compra, si es que se le autorizan. Estas cosas son piedras en el camino. No se entiende que los centros de investigación como el Cinvestav no somos lo mismo que un área burocrática de una secretaría de gobierno y que tenemos otros requerimientos. No hay flexibilidad para las compras, hacer el mantenimiento de equipos se vuelve muy complejo y es muy caro. Nosotros les decimos: “No queremos que el gobierno esté invirtiendo todo el tiempo en esto, déjennos ofrecer servicios, hacernos de dinero así y pagar estos costos”.

¿Pero eso en esta administración se ha prohibido?

Se ha vuelto un problema, a principios de este año nos encontramos que el dinero que nos había sobrado del año anterior estaba bloqueado. Estas áreas las construimos para hacer proyectos de gran envergadura, pero también dan un servicio interno, a los investigadores y al sector público del país, pero falta esa visión, decir: “Esto se debe mantener y lo menos que podemos hacer es ser un poco flexibles. Si no tenemos recursos para darles, dejemos que los generen y que los usen”.

¿Es incongruencia cuando esta administración pregona ‘sin maíz, no hay país’, pero no apoya su investigación y hasta rechaza la biotecnología?

Esta es una discusión larga que hemos tenido en el país en torno a esta limitación sobre los organismos genéticamente modificados, en particular en el maíz, no tiene sustento científico, en términos de daño a la salud, ni tampoco ser visto como un asunto económico porque las tecnologías están en manos de empresas transnacionales. Ese argumento está equivocado, si no quieren, deberíamos hacer nuestros propios desarrollos, en nuestros propios cultivos para que no le tengamos que comprar a nadie en el extranjero, eso es lo que se debería de incentivar. Y no hablamos de las llamadas plantas transgénicas, que también es discutible; hay nuevas tecnologías para la edición de genomas. La genómica no necesariamente tiene que ver con la modificación genética de organismos por biotecnología, la parte genómica también puede usarse para ayudar al mejoramiento tradicional y acelerarlo.

¿Priva la ignorancia en las autoridades del sector?

Sí, desde luego, entiendo que no podemos saber de todo, es normal que seamos ignorantes en diferentes aspectos, el problema es que no hay manera de acceder a los tomadores de decisiones para explicarles. Si hubiera manera de tener una comunicación continua, las cosas serían diferentes porque independientemente de la decisión que se tomara, sería una decisión informada.

¿Complicada la gestión en una administración marcada por recortes al presupuesto, austeridad, cambios en la gestión de los recursos?

Empezamos muy mal desde que se decía que los científicos éramos la mafia. Y luego todos los apoyos, hubo una reducción clara, por más que digan que no hubo reducciones, la realidad es otra; las convocatorias de apoyo a proyectos de investigación han sido muy escasas, con cantidades limitadas de dinero, con una visión equivocada, tratando de tener muchos “proyectitos” en lugar de hacer proyectos realmente importantes, de gran envergadura, nadie sabe realmente cómo se tomó la decisión para elegir los proyectos que se deberían apoyar. Eso es a todas luces incorrecto.

¿Otro de los problema son las contrataciones?

Es que no solo es que no haya manera de crecer, sino que ha sido imposible incluso contratar para la gente que falleció o se jubiló o se fue; la verdad, muchos jóvenes brillantes han decidido salir del país porque encuentran que las condiciones no son propicias para hacer investigación. El daño ha sido tremendo, pero el peor de todos los daños ha sido la falta de comunicación entre las autoridades con la comunidad.

¿Y en materia educativa cómo estamos?

La educación en México requiere una cirugía mayor y las señales que tenemos en este último gobierno no son muy halagüeñas, no indican ninguna mejora, sino que suena más a que vamos hacia abajo.

¿Pese a todo, tiene proyectos?

El día que ya no tenga esa curiosidad o esas ganas de hacer algo nuevo, me retiro. Hay mucho que hacer por los jóvenes, lo he tratado de hacer a lo largo de mi carrera; quiero ponerle más énfasis a abrirle las puertas a los jóvenes, invitarlos a que se desarrollen en el campo científico y tratar de cambiar un poco las cosas para que tengan condiciones adecuadas para desarrollar una carrera científica, me interesa la biología computacional, que se puede y debe explotar, no hay gente preparada en el área o es muy escasa y se vuelven desde luego muy valiosos.

¿También sigue en la secuenciación de otros organismos?

Seguimos buscando mejorar la secuencia de los genomas que tenemos y expandirla. En el caso de la vainilla, tenemos un proyecto en colaboración con Costa Rica y Colombia para secuenciar poblaciones de vainillas silvestres ante el cambio climático, con escasez de agua y mayores temperaturas, es importante porque la vainilla está en peligro de extinción. También estoy haciendo vigilancia genómica, me da mucho gusto haber sido partícipe en el Consorcio Mexicano de Vigilancia Genómica (CoViGen-Mex), donde secuenciamos más de 30 mil genomas del virus SarsCov-2; ahora quiero trabajar en la vigilancia genómica de otros virus, en particular, virus importantes para la región de América Latina y que los países desarrollados no voltean a ver, como chikungunya, dengue y zika. Estamos tratando de iniciar un proyecto en esa dirección y en colaboración con el consorcio Cabana (Capacity strengthening project for bioinformatics in Latin America) para hacer vigilancia genómica de bacterias resistentes a antibióticos, un problema a nivel mundial muy grande.

¿Cómo recibe el Premio Nacional de Ciencias?

Lo agradezco mucho y desde luego es un orgullo haber obtenido este reconocimiento que lleva el nombre de nuestro único Premio Nobel en Ciencias.

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