Boquete al partido verde (PVEM) en Chiapas

Mientras Velasco Coello inicia movimientos para ser presidente en 2024, en Chiapas, el PVEM está sufriendo la desbandada de cuadros políticos que le otorgaron triunfos, hartos de ser utilizados como objetos desechables.

Opinión26 de mayo de 2023JORGE CEBALLOSJORGE CEBALLOS

ENTRELÍNES

El PVEM a nivel nacional se encuentra en la frivolidad y sueños guajiros de querer nombrar candidato a presidente de la República a Manuel Velasco Coello, incluso, Mario Delgado ya le dio la bienvenida como una de las “corcholatas” del movimiento de la Cuarta Transformación que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador.

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La inclusión del exgobernador de Chiapas en la “encuesta” que definirá al candidato de la alianza que signarán en los próximos meses Morena-PT-PVEM, resulta un acto contra natura. Hablar sobre los actos de saqueo y corrupción que encabezó y permitió en la entidad el hoy aspirante, está por demás, la mayoría de quienes vivimos en este bendito rincón de México, padecimos y fuimos testigos de un gobierno rapaz, frívolo y alejado de la ciudadanía.

Y mientras Velasco Coello y sus huestes, comienzan a moverse en pro de una nominación presidencial que está más que alejada, en Chiapas, el PVEM está sufriendo la desbandada de cuadros políticos que en su momento le otorgaron triunfos en distintos municipios, estos personajes se hartaron de ser utilizados únicamente como objetos desechables y han decidido poner fin a su militancia.

El exgobernador Velasco y ese grupo al que enriqueció y al que le permitió realizar cualquier clase de atropellos al pueblo de Chiapas, hacen castillos en el aire sintiéndose con los arrestos para ser sucesor de Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, se están olvidando que Chiapas es muy importante para sus deseos, de allí que las renuncias que se registren en los meses siguientes, sin lugar a duda abrirá un boquete en la aspiración presidencial.

Soberbia mal consejera

La desbandada de militantes del PVEM de diferentes municipios de Chiapas se presentó ante el abandono que ese partido tiene con su militancia. Aunado a ello, en febrero pasado pisotearon los derechos políticos del empresario Jorge Luis Martínez Salazar, a quien destituyeron de la presidencia del Comité Ejecutivo Municipal para imponer a Carlos Molano Robles, éste último impedido por estatutos a ocupar dicha cartera.

El atropello contra Jorge Luis Martínez significó la creación de una agrupación de exalcaldes y miembros del PVEM que se dieron cuenta que solo servían de carne de cañón en el PVEM.

Hubo coincidencias desde el principio entre quienes conforman la agrupación de exalcaldes: el PVEM se encuentra secuestrado por Valeria Santiago Barrientos, Jorge Luis Llaven Abarca y Roberto Rubio Montejo, quienes simplemente trabajan en busca de beneficios personales y no para fortalecer a la militancia y, sobre todo, buscar el bien común de los chiapanecos.

La salida de Jorge Luis Martínez tuvo como origen la exigencia de transparencia en el manejo de los recursos que llegan cada mes a las arcas del PVEM vía las prerrogativas, es decir cometió un error el empresario al pedir honestidad en la cueva de Ali Baba y sus 40 ladrones.

Los arropó Dante

Si en la oposición existe un personaje con visión, preparación y con un colmillo largo y retorcido ese es el veracruzano Dante Delgado Ranauro, quien capitalizó el descontento que existía entre los exalcaldes del PVEM y los sumó a la causa de Movimiento Ciudadano, en primera ante la poca presencia que tiene ese partido en la entidad y en segunda, porque cada miembro del PVEM a los que le abrió las puertas de su partido, cuenta con una estructura solida que les ayudará a tener buenos números en la contienda electoral del próximo año.

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Esta operación política de Jorge Martínez, los exalcaldes y Dante Delgado es una carambola de tres bandas, porque la renuncia de esos personajes se presenta justamente cuando el PVEM comenzó a mostrar sus ambiciones de querer tener espacio para negociar en el 2024.

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Manuel Velasco Coello no podrá presumir una fortaleza estructural en Chiapas cuando poco a poco la militancia del PVEM se va alejando de su partido, sin embargo, es tanta la soberbia con la que se conducen al interior del grupo del exmandatario que apuestan a minimizar las salidas.

¿Cómo puede aspirar a venderse como un aspirante fuerte si en el Estado que gobernó simplemente se genera un verdadero desgarriate con la salida de la militancia? Por donde le quiera buscar al PVEM le formaron un boquete.

Políticos falsos

“Rezando dos padres nuestros el asesino no revive a su muerto” la estrofa le queda como anillo al dedo a personajes que se han enquistado en Morena Chiapas para cumplir con sus vulgares ambiciones de poder. Nos referimos a Eduardo Ramírez Aguilar y Yamil Melgar Bravo, quienes representan lo más rancio de la política en contra de lo que lucharon los miembros del partido gobernante.

Escuchar y ver a Eduardo Ramírez Aguilar arengar en Saltillo, Coahuila que a pesar de la compra de votos el PRI no ganará es un verdadero insulto. Al senador comiteco se le olvida que él fue dirigente estatal del PVEM en 2015, año en que lo que más se denunció durante el proceso fue la compra masiva de votos, la entrega de dádivas para pintar de verde el mapa electoral local.

Ramírez Aguilar se enfundó el chaleco de Morena porque le conviene a sus aspiraciones y obsesión de querer gobernar Chiapas, pero no puede negar que las prácticas que tanto se critican al interior del partido gobernante es la que mejor sabe practicar él y su grupo político. Eduardo busca llenar a Morena con gente de otros partidos políticos, porque son precisamente los que le están sirviendo de esquiroles en redes sociales para posicionarlos, porque de los militantes de verdad, esos simplemente no lo tragan.

El otro personaje que se siente ya con derechos dentro de Morena pero que no se desprende de su actitud conservadora y neoliberal es Yamil Melgar Bravo, quien por su obstinada idea de querer ser alcalde de Tapachula intenta por todos los medios posicionarse.

Lo grave de Yamil Melgar Bravo es que no recuerda que hay cosas que no se pueden ocultar: la estulticia, la bipolaridad, y el dinero, para desgracia de los tapachultecos el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado no puede ocultar ninguna de las tres cosas, porque de eso tiene y de sobra… Hasta la próxima.

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